La paciencia tiene un valor altísimo en el islam como característica de musulmanes con un nivel alto de fe. El Corán en muchas aleyas nos insta a ser pacientes así que destaca la recompensa de los pacientes: (…Los pacientes recibirán una recompensa ilimitada 10)39; (¡Ten paciencia! No podrás tener paciencia sino con la ayuda de Allah. Y no estés triste por ellos, ni te angusties por sus intrigas 127) 16; (¡Espera paciente la decisión de tu Señor, pues te vemos!..48)52.
La paciencia es la resignación ante los disgustos y el afrontamiento de los problemas de la vida con firmeza y sensatez. Sin embargo, dicha paciencia no significa permanecer en un estado de agobio y tristeza porque eso puede ser la causa de enfermedades psicológicas serias como la depresión. Lo correcto es transformar la paciencia en satisfacción. Allah, El Altísimo, nos recuerda nuestra ignorancia en comparación con Su sabiduría absoluta. A veces, lo que nos conviene para nuestro futuro es totalmente diferente de lo que vemos –nosotros- conveniente ahora mismo. Teniendo esto en cuenta, nos ayuda a sentir satisfacción hacia los hechos de Allah, El más Sabio, y alivia nuestro sufrimiento y nuestra incomodidad. Ocurre también que tengamos la sensación de que la situación grave que vivimos se extenderá hasta el infinito pero al cabo de poco tiempo cambian las circunstancias y nos olvidamos por completo de lo ocurrido.
Los aprietos que se ciernen sobre nosotros pueden constituir una puerta hacia algo mejor: [Puede que os disguste algo que os conviene y améis algo que no os conviene. Allah sabe, mientras que vosotros no sabéis] Corán 2:216. El Mensajero Muhammad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dice: “Cuán maravillosa es la situación del creyente, porque sus asuntos son todos buenos, y esto no puede decirse sino del creyente. Si algo bueno le sucede, es agradecido y eso es bueno para él. Si algo malo le sucede, lo soporta con paciencia y eso es bueno para él”.
La perspicacia y la inteligencia es intentar transformar la mala suerte en una fortuna útil y lograr la felicidad creando infinitos horizontes por explorar, rechazando vivir en compartimentos estancos, Escuchemos, a modo de ejemplo, a Ibn Taimiya expresar su desprecio hacia sus detractores: «¡Mi encarcelación es meditación; mi exilio, turismo; y mi condena a muerte, martirio!». El sufrimiento constituye el terreno en que se cultiva la personalidad en el sentido real de la palabra, así que para los grandes personajes, la atrocidad se convierte en una fuente de gracias, y se recibe con un rostro sonriente y un alma serena.
Las personas se distinguen unas de otras por su capacidad para sacar provecho de las desgracias y salir ganando de las circunstancias desfavorables. William Bolitho afirma al respecto: «La cosa más importante de la vida no es invertir tus ganancias. Cualquier tonto puede hacer esto. Lo que verdaderamente importa es transformar las pérdidas en ganancias. Esto exige inteligencia y es lo que marca la diferencia entre las personas».
Renueva tu vida – Muhammad Al Ghazali
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