Sagrada y hermosa, y en manos del ser humano.

El Sagrado Corán menciona: «De Allah son el oriente y el occidente; donde quiera que os volváis, allí (encontraréis) la faz de Allah. Es cierto que Allah lo abarca todo y no hay nada que escape a su conocimiento.» Sura Al- Baqara (2.115).Todo forma parte de la creación de Allah altísimo sea, y admirar y respetar la naturaleza y nuestro entorno forma parte de la ibada (adoración) de los musulmanes. Como creyentes, debemos utilizar los elementos que la naturaleza nos brinda adecuadamente para mantener la continuidad de su uso sin derrochar. “¿No veis que Dios ha sujetado a vuestro servicio lo que está en los cielos y en la tierra, y os ha colmado de Sus gracias, visibles u ocultas…?» Sura Luqman (31:20).

El Islam insta a los musulmanes a dejar de hacer todo aquello que pueda causar daños y provocar un deterioro o corrupción en el mar y en la tierra; en el Sagrado Corán se nos hace responsables de preservarlos y cuidarlos. Allah ensalzado sea dice: «La corrupción se ha hecho patente en la tierra y en el mar a causa de lo que las manos de los hombres han adquirido, para hacerles probar parte de lo que hicieron y para que puedan echarse atrás.» Sura Ar-Rum (30.41).

Numerosos hadices hacen referencia a estos asuntos y nos constatan la importancia de  cuidar lo que nos rodea; en uno narrado por An Nasai, de Al Sharif  Az Thaqafi, que Allah esté complacido con él, relata que nuestro profeta Muhammad – la paz sea con él – dijo: » Todo hombre que mata a un pájaro o algo más grande, sin derecho, rendirá cuenta de ello ante Allah en el Día de la Resurrección.»

Además, existen muchas aleyas en el Sagrado Corán, en este sentido, Allah, altísimo sea, describe las plantas en muchas aleyas como un jardín de delicias, habla de las plantas como parejas vistosas. Por otra parte Allah, alabado sea, no sólo nos manda comer de las plantas, sino que también nos recomienda observar y tomar conciencia: «Y Él es Quien hace que caiga agua del cielo; con ella hacemos surgir el germen de todo y de ahí hacemos brotar verdor del que sacamos la mies. Y de la palmera, cuando echa sus brotes, hacemos que salgan racimos de dátiles apretados. Y jardines de vides, olivos y granados, semejantes y distintos. Observad sus frutos cuando fructifican y maduran. Es cierto que en eso hay signos para los que creen.» Sura Al Anaam (6.99). Allah, ensalzado sea, nos recomienda observar con el fin de disfrutar de la hermosura que nos rodea y así conocer la gracia que nos ha concedido.

Nuestro profeta Muhammad, la paz sea con él, nos enseñó que las criaturas que existen en el medio ambiente constituyen naciones que enaltecen a Allah, por eso debemos preservarlas, cuidarlas y no sacrificarlas, a no ser que sea para lograr algo necesario, como alimentarnos, por ejemplo; este hadiz de las hormigas narrado por Al-Bujari: Abu Hurayrah – que Allah esté complacido con él – dijo: “Escuché decir al mensajero de Allah – la paz sea con él – una hormiga picó a uno de los profetas y éste ordenó encender fuego en el hormiguero y Allah le dijo: ¿porque una hormiga te picó quemas toda una nación (de hormigas) que menciona a Allah?».

Este significado lo encontramos también en el Sagrado Corán en la aleya: «No hay criatura de la tierra ni ave que con sus alas vuele que no forme comunidades parecidas a las vuestras. No hemos omitido nada en el Libro. Luego serán reunidos para volver a su Señor.» Sura Al Anaam(6:38); así como en la aleya: «¿Es que no ves que ante Allah se postra cuanto hay en los cielos y en la tierra, el sol, la luna, las estrellas, los árboles, las bestias y muchos de los hombres? Y hay muchos también que deben ser castigados. A quien Allah envilece no hay quien lo honre, es cierto que Allah hace lo que quiere.» Sura de la Peregrinación (22.18).

Estas aleyas y muchas más, se refieren al ser humano como uno de los elementos del medio ambiente y como tal, tiene que cuidar a los demás elementos y no destruirlos. La Sunnah (tradición profética) dedica gran interés al cultivo y a la plantación, como lo muestran los hadices siguientes:

Al Bujari y Muslim narran que Anas dijo: el mensajero de Allah, la paz sea con él, dijo: «Todo musulmán que cultiva unas plantas, será recompensado por cada vez que un hombre, un animal o un ave coma de ella“.

Al-Bujari, en Al Adab Al Mufrad relata de Anas que el Profeta Muhammad- la paz sea con él – dijo: » Si la hora de la Resurrección llega, llevando uno de vosotros una planta en sus manos, deberá cultivarla si puede».

En un relato de Al Bujari de Aisha – que Allah esté complacido con ella -: «Quien habilita tierra que no es de nadie, será el más merecedor de la misma». Y esto es lo que entendió Omar ibn al-Jattab – que Allah esté complacido con él – quien prohibía que la gente mantuviera la tierra sin cultivar. Dijo a Bilal ibn Rabah a quien el Mensajero de Allah le había concedido un trozo de tierra: El mensajero de Allah – la paz sea con él – no te concedió la tierra para que impidieses su beneficio a la gente, sino para trabajarla; por eso coge solamente lo que puedas cultivar y deja el resto”.

Abu Dawud, narró también que Abdullah ibn Maghfal dijo: “Oí al Mensajero de Allah – la paz sea con él – decir: » Entre los miembros de mi nación habrá quienes se excederán en la purificación y en la súplica”. Encontramos en el hadiz una prohibición expresa de malgastar el agua, incluso a la hora de purificarse. Esto es lo que entendió Abu Dawud al colocar este hadiz en un capítulo titulado “sobre malgastar el agua”.

Nuestro profeta Muhammad, la paz sea con él, prohibió que los ejércitos cortasen árboles, cazasen y dañasen la vegetación en Medina, Taif y la Mekka, porque eran lugares sagrados donde estaba prohibido cualquier tipo de violencia; erigió una sociedad respetuosa con todas las criaturas, aconsejando a todas las personas cuidar y embellecer la naturaleza en cualquier lugar donde se encontrasen; tomando como base que todo el cosmos es un regalo, la creación de Allah, alabado sea.

J.G.