La misericordia de Allah nos brinda, durante el año, la oportunidad de acercarnos más a él y de apartarnos del shaytan. Así, ha bendecido algunos días y meses, como el bendito mes de Ramadán o los diez primeros días de Dhu’l-Hijjah.
Estos primeros diez días del mes de Dhu’l-Hijjah (12º mes del calendario islámico) son conocidos por realizar el Hayy (peregrinación a la Meca) durante este tiempo. El Eid al-Adha, la fiesta del sacrificio, y muchos otros acontecimientos importantes de la Historia del Islam ocurrieron también en este mes. Se ha narrado en los hadices que las diez noches por las que Dios ha jurado en la Sura al-Fayr «Juro por la Aurora y por las diez noches» (Corán 89. 1-2) son las noches de los primeros diez días de este mes.
Por otra parte, en la Sura al-Hayy, versículo 28, Dios ha hablado de «días sabidos» en donde los creyentes deben recordar a Allah. “Y llama a la gente a la peregrinación. Vendrán a ti a pie o en flacos camellos desde todo camino alejado para atestiguar los beneficios que para ellos hay y para recordar el nombre de Dios en los días sabidos.” (Corán 22.27-28)
Este tiempo de adoración nos trae muchos beneficios, como la oportunidad de corregir nuestras faltas y o remediar cualquier error. Una de las mejores acciones que uno puede realizar durante estos diez días es realizar el Hayy a la Casa Sagrada de Allah. Aquel a quien Allah ayuda para realizar el Hayy a su casa y a realizar todos lo rituales apropiadamente, se encuentra incluido en las palabras de nuestro profeta Mohammad (la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) : “Un Hayy aceptado trae no menos recompensa que el Paraíso”.
Debemos aprovechar para realizar más buenas acciones en general, porque las buenas acciones son amadas por Allah y nos traen más recompensa. Aquel que no pueda realizar el Hayy debe ocuparse en este momento bendito adorando a Allah, orando (salat), leyendo el Qur’an, recordando a Allah, realizando súplicas (du’aa’), haciendo caridad, honrando a sus padres, sosteniendo los lazos familiares, etc.
El arrepentimiento en los momentos especiales es muy importante porque en la mayoría de los casos los pensamientos de las personas se inclinan hacia la adoración en esos momentos, y ellos tienden a hacer el bien, lo que los lleva a reconocer sus pecados y a arrepentirse por el pasado. El arrepentimiento es obligatorio en todo momento, pero cuando el musulmán combina el arrepentimiento sincero con las buenas acciones durante los días de mayor virtud, ésto es un signo de éxito, in shaa Allah. Allah dice (interpretación del significado): «Pero quien se arrepienta, crea y obre rectamente se contará entre quienes tendrán éxito (al-Qasas 28.67).
Estos diez días también incluyen a Yawm ‘Arafaah (el Día de ‘Arafaah) en el que Allah perfeccionó su religión a través de un versículo del Corán: “Hoy os he completado vuestra Práctica de Adoración, he culminado Mi bendición sobre vosotros y he dispuesto el Islam como Práctica de Adoración.” (Sura de la Mesa. 3). Ayunar este día expía los pecados de dos años; se le preguntó al Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) sobre el ayuno del Día de Arafat y contestó: “Borra las faltas tanto del año pasado como las del presente, excepto las graves”; lo relató Muslim en su Sahih.
Otra de las buenas acciones que acercan a una persona a Allah durante estos diez días es el ofrecimiento del sacrificio de un cordero. La fiesta del sacrificio (‘Eid al Adha’) es el último de los diez días y simboliza la devoción y gratitud a Dios recordando que Ibrahim accedió a matar a su hijo Ismail como muestra de amor hacia Él y Allah intervino poniendo un cordero en su lugar. Eid al Adha es parte del Hajj, la gran peregrinación a la Meca, que debe realizarse por lo menos una vez en la vida si las circunstancias nos lo permiten.
Si Meca fue elegida como lugar de Revelación del Corán, Ka’ba es sin duda el lugar para la unidad de los musulmanes. Según los textos sagrados, este santuario fue edificado primero por el profeta Adán. Reconstruido por Ibrahim y su hijo Ismael y Dios exhortó a la humanidad a visitarlo (Corán. 2, 125-127 y 3, 96). Así, la Ka’ba es para todo musulmán lugar dotado de la bendición de Allah. A casi metro y medio de altura, está incrustada la Piedra Negra, su naturaleza ha sido difícil de determinar, sea lava o se trate de un meteorito, es besada y tocada con veneración por todos los musulmanes que allí acuden.
En resumen, este mes nos aporta a los musulmanes creyentes una nueva y mejor oportunidad de seguir la sunnah (tradición profética), realizar buenas obras, limpiar nuestro interior y nuestra alma de cualquier pecado y llegar a tener paz interior acercándonos a Allah de la forma más sincera y siendo a la vez recompensados con hassanats (recompensa divina por las buenas obras realizadas).
Deja tu comentario