La vestimenta es un don de Allah que provee a los seres humanos protección y comodidad. Dice el Corán: “¡Hijos de Adán! Hemos hecho bajar para vosotros una vestidura para cubrir vuestra desnudez y para ornato. Pero la vestidura del temor de Allah, ésa es mejor. Ése es uno de los signos de Allah. Quizás, así, se dejen amonestar” (7; 26). 

El vestido femenino en el Islam que consiste en tapar todo el cuerpo, menos la cara y las manos, es “al-hijab”. Desafortunadamente, esta vestimenta se ha convertido en un asunto delicado en occidente, donde a menudo se confunde la religión con la cultura y se dan prejuicios y falsas interpretaciones. Existe un estereotipo falso de que las mujeres veladas son sumisas e incapaces de defender sus derechos, aunque si echamos un vistazo a mujeres practicantes de la religión tanto en el judaísmo como en el cristianismo, nos daremos cuenta de que el “hijab” no es algo particular de la religión musulmana. 

Parece curioso que cuando se habla del hijab de la mujer musulmana nadie se acuerda o menciona el hecho de que María, es siempre representada con un velo que cubre su cabeza y que también las mujeres que han recibido el “llamado de Dios” y adoptan los hábitos de la Iglesia Católica lo llevan. En el judaísmo, el velo era un asunto de modestia que distinguía a la mujer judía de las demás. Las imágenes de mujeres veladas preceden a las tres religiones abrahámicas, pudiéndose encontrar imágenes de más de 2.500 años antes de Cristo. 

No obstante, parece que el estigma ligado al hijab es algo propio de la mujer musulmana en particular y se interpreta a menudo por opresión masculina y sumisión femenina en sociedades musulmanas. El Hijab no es un signo de retraso intelectual de la mujer ni es fruto de una baja autoestima, sino que es algo ligado a las enseñanzas del Corán ya que el Islam es un modo de vida y no meramente una espiritualidad alejada de la vida real.

El objetivo del “hijab” en el Islam es proteger tanto el cuerpo de la mujer como su belleza. Es una protección al ser humano (hombre y mujer) de unos deseos a veces incontrolables que generan tantos disturbios en la vida colectiva y personal (inestabilidad familiar, abusos sexuales, violaciones, etc.). La mujer está orientada e invitada a no mostrar su belleza nada más que a su marido. El Corán dice en este contexto: “«Di a los hombres creyentes que deben bajar su mirada y proteger su pudor, esto será una mayor pureza para ellos, y Dios está bien enterado de todo lo que hacen. Y di a las mujeres creyentes que deben bajar su mirada y proteger su pudor, y que no deben mostrar su belleza y adornos, excepto lo que sea visible por sí mismo, que deben colocar sus velos sobre su pecho y no mostrar su belleza, excepto a sus maridos (24:30-31) 

Allah es el creador del ser humano y sabe lo que le genera felicidad verdadera o sufrimiento contínuo así que nos encamina y nos dirige hacia nuestro bien tanto a nivel personal como a nivel social.

¿No va a saber Quien ha creado, Él, Que es el Sutil, el Bien Informado? (14; 67).

Dra. Bouchra Elomari